Después de un silencio breve, o quizá no tan breve, finalmente Corazón vuelve a sentarse frente al teclado con sentimientos e ideas que ojalá pueda compartir. Por un lado, han sido días de mucha actividad alrededor mío; tanto que no podía contar con el tiempo y la tranquilidad que se necesita para abrir la caja de sorpresas que es el corazón y, por otro, también llegaron días de esos en que no es tan fácil sentir lo que se siente; a tal grado de pensar que este ejercicio de abrirme al mundo y lanzar mis palabras tal vez no valía tanto la pena... total, soy una más que escribe y se pierde en el vasto mundo... Sí, a ese grado de gris llegó a estar todo por acá. Sin embargo, hay alguien allá arriba que acomoda todo en su lugar y que a través de bonitos instrumentos me recuerda que esto es lo que quiero hacer, que si bien, no soy la mejor para expresar ideas, tal vez sea el sentimiento el que ha logrado conectar con otros seres que, en su espacio, pasan por situaciones que les cuesta un tanto atravesar y que aquí, en este breve momento en que pasan por estas letras, yo puedo aportar un poquito de luz con lo que comparto.
Hoy tuve la bendición de sentarme junto a una hermosa mujer que me preguntó por qué no había recibido nada de Corazón Bonito en varios días y me sentí tan apenada de decir: porque no he escrito nada, y entonces, su interés genuino tocó con un calor especial a Corazón; eso y el que mis personas especiales compartan lo que publico, me apoyen y promuevan, me hace sentir muy amada y, correspondiendo a ese amor, me prometí que hoy encontraría espacio, tiempo y forma para volver y aquí estoy...
Me gusta pensar que lo que me sucede tiene su razón de ser... aunque tengo mis momentos bajos, estoy aprendiendo a lidiar con ellos: los atravieso con mejor actitud cada vez. No dejan de sentirse, por el contrario, se sienten más, pero ya sin la ansiedad de querer salir de ellos a como dé lugar, más bien con la confianza de que van a pasar a través de mí, y no van a estancarse. Ahora, lejos de castigarme con el pensamiento de que tengo que ser feliz siempre, los asumo como parte mía, una parte no tan linda, pero que está en mí porque soy de esta manera, con esta forma especial de percibir lo que está a mi alrededor y lo que la gente que está cerca me transmite. Así que me aferro a la esperanza de que vienen días nuevos en los que podré encontrarme con los rayos de luz que son constantes, pero que yo misma no me permito ver. Entiendo y agradezco el hecho del porqué y el para qué he pasado por lo que he pasado y he vivido lo que he vivido... mis decisiones y mis experiencias me hacen lo que soy. Y esta que soy puede con conocimiento de causa decirte que no hay nada que Dios no tenga previsto y resuelto y sí, aunque parezca trillado, todo es cuestión de fe... de creerle cuando te dice que todo estará bien.
Aprovecho para agradecer a quien sigue leyéndome sin conocer a Corazón, más que a través de lo que aquí comparto. Allá en ese lugar lejano donde estás te abrazo y te digo que tú le das vida a mis palabras... gracias por eso. A ti, que me diste esa muestra de cariño y me mostraste un pedacito de tu vida hoy... gracias porque a través de ti, Dios me recordó que soy su instrumento y vuelvo a decirle que soy materia dispuesta. A ti que me compartes y que hablas bonito de lo que aquí escribo... gracias, aprecio mucho tu amistad y cariño. Es bueno sentir que no paso tan desapercibida por el mundo.
Hoy te comparto esta canción: Mi Ángel, de Abel Pintos... porque siempre hay un ángel que abraza el alma y está ahí para ayudarte a atravesar los momentos difíciles...
Nos seguimos leyendo. Que tengas bonita vida... de Corazón.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario