domingo, 2 de octubre de 2016

Hay días para Corazón...

Hay días en que me siento fluir y hoy es uno de ellos.  Cuando finalmente digo:  esta soy, y agradezco a Dios ser esta, no otra, no alguien más, sino esta que tiene el alma parchada, pero libre, esta con el cuerpo dolorido, pero que me sirve para disfrutar, esta con los años encima, con canas y marcas en el rostro, pero con un semblante dulcificado por tantas muestras de amor y ternura.

Hay días en que me siento parte del todo, mínima, pero con la certeza de que nadie podría ser yo, porque a nadie se le ha caído la vida como a mí, quizá se les haya venido el mundo encima y se hayan sobrepuesto, pero no como yo, librando mis batallas, las que dan aprendizaje e impulso para seguir, para voltear la página.

Hay días, como hoy que dejo de pedir y me dispongo el alma para agradecer y dar; porque me siento llena de bendiciones y las valoro.  ¡Qué más da que el mundo no entienda! Hoy me toca a mi ser y disfrutar ser, amar y disfrutar amar, dar y disfrutar dar.  Vivir este instante que deja de ser, apenas es y respirar y sentir el latido de Corazón y mirar con ojos de primera vez y escuchar la melodía de la vida y dejarme acariciar por el viento, la lluvia, el sol y el abrazo de quien se me brinda.

Hay días en que soy reflejo de luz, remanso de paz y existe el gozo y calla el silencio... atino solo a sonreír hacia el interior para disfrutarme y ser mi cómplice y luego me vuelvo al mundo y me doy... y el mundo me recibe como un evento extraordinario y, a veces no sabe qué hacer conmigo... y puede que me mire con recelo, pero tal vez, en el mundo haya alguien que me entienda y quiera ser parte de mi vida y contagiarse de eso mismo que yo experimento hoy.

Hay días en que soy simplemente yo y voy... para ser feliz, eso basta.

Te comparto una canción de Álvaro Fraile... Voy; disfrútala.



Nos seguimos leyendo.  Que tengas bonita vida... de Corazón.

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