miércoles, 7 de diciembre de 2016

Los tiempos de Dios son perfectos

Los tiempos de Dios son perfectos.  Para algunos este es casi un dogma de fe, para otros, es una forma fácil de evadirse... para mí, Corazón, es ambos.  Lo mejor que me ha podido pasar en la vida es Dios.  Él sabe que no me fue arbitrariamente impuesto; sabe que incluso me fue revelado a medias. Él está consciente de que en algún momento me hice un Dios a la medida, uno que me permitía ciertas libertades porque yo le coloqué una venda en los ojos, así no podía reprocharme mis faltas.  Claro que todo terminó mal -como era de esperarse- y solo entonces pude llegar a Él con el corazón roto y mi soberbia vencida y hasta ese momento me encontró preparada para mostrarme cómo, dónde y con quién podía vivir de manera diferente a través del amor.  


Fotografía Mahqui Carrillo

Con suma paciencia e infinita ternura me ha llevado y traído hacia encuentros tan bendecidos, sin imponerse, siempre dejándome a mí decidir y eso lo sé porque en mi testarudez sigo equivocándome, sigo tomando el camino equivocado, pero ahora con la confianza plena en Él, en que está ahí y puedo decirle:  "Señor, quise actuar de acuerdo a lo que yo creía que era mejor, pero me equivoqué, perdóname, por favor y ayúdame tú a enderezar el rumbo."

Los tiempos de Dios son perfectos, así lo creo firmemente y en ello descansa mi alma, así que no tengo que preocuparme por apurar encuentros ni desgastarme tratando de adivinar el futuro.  Sólo el Padre conoce nuestra esencia y sabe perfectamente en qué momento estamos listos para recibir aquello que anhelamos o cuándo son convenientes las retiradas.

En el momento perfecto estuvieron presentes mis hermanas del alma, en el momento perfecto, llegó el amor de mi vida, en el momento perfecto nacieron cada uno de mis pollitos, en el momento perfecto he coincidido con seres humanos hermosos que en ocasiones llegan justo a tiempo a mi vida, y en otras -las que más agradezco porque me siento instrumento útil del Padre- he sido yo quien he estado en el momento oportuno en sus vidas.  Así que también me ha proporcionado los momentos perfectos para dar, para darme y es cuando más cerca de su amor me he sentido, porque confía en mí para ayudarle a otro ser humano, aunque mi corazón esté parchado.

Hoy te comparto una bellísima canción de Álvaro Fraile que se llama Algo que dar... la letra es justo esa conversación que tenemos a veces con el Padre, cuando nos preguntamos si somos suficiente para servirle.  Espero que la disfrutes.




Nos seguimos leyendo.  Que tengas bonita vida... De Corazón.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario