Agradecida con el Padre bueno que llenó el año que concluye de bendiciones, de momentos hermosos, de gente bonita, de música para el alma y, sobre todo, de la inspiración y el valor suficientes para que Corazón saliera a la luz y empezara a compartir su forma particular de ir por la vida con quien quiera leerla...
Agradezco cada visita... ojalá hubiera comentarios para saber de ti, para comprender por qué viviendo tan lejos te llama la atención y te tomas el tiempo de leerme. Agradezco tus palabras de aliento a ti que vives cerca, que me has hecho saber de manera personal que leerme te hace bien.
No hay más que decir por ahora... me dispongo a disfrutar en familia agradeciendo las bondades del 2016 y a unirme a la esperanza de todos de que el 2017 será un año muy bendecido.
Te abrazo con cariño. Nos seguimos leyendo. Que tengas bonito 2017... de Corazón.
Una de las palabras más difíciles de pronunciar en cualquier idioma es: perdón. Claro que no es en sí por la palabra misma, sino por todo lo que implica pronunciarla desde lo más profundo de nosotros. Decir perdón, implica que evaluaste una situación y concluiste que hubo una consecuencia no agradable para el otro, quizá un daño o una ofensa y como es importante para ti, le dices con una palabra que, por encima de tu orgullo, está el aprecio, cariño o amor que sientes; así que por tener paz en ti y, con la esperanza de que haya paz en el otro, pides perdón. Sobre todo, pides perdón cuando estás dispuesto a hacer algo para remediar la situación que causa el conflicto, de otra manera es sólo una palabra echada al viento.
Hoy Corazón quiere pedir perdón. Hay personas realmente importantes en mi vida a quienes no he sabido valorar lo suficiente o que aún consciente de su importancia en mi vida, no les he hecho saber lo mucho que significan para mí.
Perdón, Don Corazón... a pesar de amarte tanto, hay cosas con las que te sigues topando 20 años después: mi pereza, mi comodidad, mi inseguridad, mi desidia, mi egoísmo, por citar algunos defectos que no han hecho tan fácil el vivir conmigo.
Perdón, Pollitos... con todo el amor que me inspiran, he ido aprendiendo a ser mamá al tiempo que crecen ustedes y quizá no he tomado las mejores decisiones en el camino. Para exigirles algo, debo ser aquello que pido y hay cosas que definitivamente no pueden ser sin que yo sea su ejemplo.
Perdón papás... amarlos sin emitir juicio me ha sido difícil y de ahí las diferencias y las distancias.
Perdón hermanos... verlos crecer tan cómplices y tan complementados me hizo verlos desde lejos y no he sabido crear un puente sobre el abismo que yo cavé.
Perdón amigos... porque estoy segura de que no estuve para ustedes en algún momento crucial de sus vidas y tiempo después supe de su enfermedad o sus problemas, cuando ya no podía tenderles una mano o brindarles mi apoyo.
Perdón Padre bueno... porque todo lo anterior ha sido consecuencia de que no he sabido amar como tú me has amado, como tú me has enseñado. Soy apenas un esbozo desdibujado de todo lo que tú eres... pero aún así, un instrumento defectuoso que en tus manos ha logrado llegar con amor a algunos corazones y eso me da esperanza de que no soy caso perdido y si tú crees en mí... eso me basta.
Esta es apenas una parte de los perdones que debo... y quizá no encuentre respuesta positiva, pero quería que supieran que a pesar de que pueda parecer que voy por la vida con la vida perfecta, la verdad es que no; libro mis propias batallas internas y me encuentro poco merecedora de la gracia y bendiciones que el Padre bueno derrama sobre mí, por eso las valoro tanto, por eso no puedo hacer más que agradecer a cada momento mi vida y la de mis personas.
La vida es un milagro y no vale la pena desperdiciarla siendo infelices, Corazón aún tiene mucho por dar. Hoy más que nunca digo gracias por todo... gracias por tanto.
Nos seguimos leyendo. Que tengas bonita vida... de Corazón.
Este día es de gozo porque entiendo que Jesús, Nuestro Salvador nace otra vez para volverse contemporáneo de todas las generaciones... de tal manera que fue actual en su tiempo y lo es en el nuestro. Él trae la buena nueva: amor y misericordia infinita para todos y cada uno nosotros.
Año tras año me encuentro tratando de vivir mejor la Navidad... y puedo afirmarte que esta ha sido la mejor de todas. Hoy estuve en un pedacito de cielo. Jesús fue el centro de todo y a su alrededor estuvimos llenos de alegría, de paz, de amor; alejados de las preocupaciones y las angustias que normalmente nos aquejan. Fue tan hermoso sentir que ahí estaba todo lo que yo podía necesitar: Jesús, Don Corazón y mis Pollos... pero además, en el alma, todas mis personas, y pude experimentar plenitud y gozo.
Es en la sencillez donde Él se manifiesta y donde nada estorba para percibirlo. Quizá por eso nos cuesta tanto encontrarlo, porque vamos por la vida deseando tener tantas cosas, abrumados por el ruido externo y los enredos internos, queriendo ser siempre el centro, fijándonos en lo que recibimos de los demás o en lo que no recibimos; todo eso nos deslumbra, nos estorba y nos impide ver al que es la Luz...
Mi canción para hoy es hermosísima, es de Carla Morrison, se titula Jesús... a mí me encantó. Disponte y disfrútala.
Ojalá que este día te des la oportunidad de abrir el corazón a Su Amor y lo compartas donde quiera que te encuentres. Deseo que Jesús venido al mundo en la fragilidad de un niño encuentre en ti el mejor lugar para instalarse y vivir. Que el Amor y la Paz reinen en tu hogar. Nos seguimos leyendo. Que tengas bonita vida y una
¿Sabes algo? Me molesta mucho esperar acciones y reacciones de la gente. Me molesta sentirme dependiente de lo que los otros piensen, sientan o hagan. Me molesta ver cómo me pasan de largo y luego quedarme preguntándome si hay algo mal en mí... si soy un bicho raro... En resumen, me molesta perder mi paz por los demás. Esa es una de mis piedras en el zapato. Según yo trato de ir por la vida con pensamientos enfocados en el lado amable de la vida, donde me vivo mejor. Trato de ser agradecida con Dios por todo lo que me regala a cada momento y por toda la gente bonita con quien me coincide en el camino. También me llena el alma esa gente, la que en un abrazo se deja amar y me transmite alegría, paz, cariño. Soy tan bendecida por todo eso... ah, no, pero Corazón, va y ve los puntitos negros del arroz; porque no falta aquel o aquella a quien amas pero con quien no logras conectar como quisieras y, una de dos, o no sabe amarte como eres o no sabes amarlo como es. No creas, me hago la disimulada muchas veces... me digo a mí misma que soy yo la que anda mal; que soy yo la que veo cosas raras... me pongo sentimental y voy juntando detallitos mientras veo para otro lado... je, je, je... y nada, que después llevo un buen costal de "pequeñas cosas" que pesan y luego no hallo cómo tirar. Pero entonces, volteo hacia el lado donde está toooodoooo lo hermoso que tengo en la vida: Don Corazón, mis Pollos, mis hermanas del alma, la gente que está ahí y que me ve con tanto cariño y que me llena de paz con sus palabras y sus detalles y, ahora también, la gente que se toma el tiempo de leer a Corazón a través de este sitio... y ¡claro que aviento el costal! Porque es a través de lo bonito de mi vida que el Padre bueno me dice: TE AMO. Lo demás, lo que me quita la paz es algo que yo no puedo remediar, por más que intente ser "agradable" y quiera ganarme las "atenciones" de las que no he sido merecedora con mi forma particular de ser. Ni hablar, amar implica disculpar sin límites pero, sobre todo, cuidarse el alma para amar sin límites y agradecer sin límites todo lo que soy. Hay tanto que aprender en la vida, tanto que madurar, tanto que valorar... Hoy opto por vivirme feliz donde estoy, con quien quiere estar de corazón cerca de mí... Bendigo y amo a quien busca en Corazón algo que no puedo ofrecer, pero no prometo esforzarme mucho por llenar sus expectativas... Sólo puedo ofrecer lo que soy y viendo que hay tanta gente que me demuestra cariño, creo que no ando tan mal. Te comparto una canción de Abel Pintos, con una letra hermosa: Lo que soy... espero que la disfrutes.
Nos seguimos leyendo. Que tengas bonita vida... De Corazón.
Diciembre está en pleno. Dentro del caos que existe por las cosas superficiales y otras necesarias, los corazones se van sintiendo más cálidos y dispuestos a dar y recibir; a demostrar abiertamente, al menos por un cierto tiempo, amor y cariño a la gente que nos significa algo importante en la vida. A veces dejamos pasar oportunidades en el transcurso del año para hacer sentir al otro lo mucho que su existencia nos llena. Estamos acostumbrados a dar chispazos de amor en los cumpleaños, Día del Amor, Navidad, Año Nuevo, el Día de la Madre, del Padre, del Niño, etc. Damos a nuestra libertad de expresar amor y agradecimiento tiempo y momentos limitados y pasamos el resto de la vida dando por sentado que los otros saben lo que sentimos por ellos. No se trata de traer siempre una rosa en la mano, ni de hacer festivales a diario. Es, más bien, apreciar al otro y hacerlo sentir apreciado. Una palabra linda, un abrazo cálido, un hacer para el otro, en fin, entregarnos en muestras de cariño constantes, de manera que en nuestro corazón sigamos generando amor y logremos avivar el amor en el corazón del otro. Cuántas relaciones perdidas por una vida llena de egoísmo y carente de entrega. ¿Y después? ¿A quién se le entregan los besos guardados?, ¿dónde se cuelgan los abrazos a medias?, ¿a quién diriges las palabras dulces si ya no hay oídos dispuestos? Vamos reservándonos para un momento que quizá no llegue. A veces pasa que nos acordamos de alguien con cariño y habiendo ahora tantos medios para comunicarnos, somos incapaces de acortar la distancia o la desidia. Nos protegemos cual objetos finos y delicados tras vitrinas que nos impiden sentir al otro y, más aún, que el otro sienta lo que guardamos. Por lo pronto, Corazón ya no escatima. Voy dejando te quieros y abrazos a mi paso cada vez más sentidos. De qué me servirían encerrados en mí... He visto miradas iluminadas tras pronunciar palabras de vida y he percibido cómo aferrados a un abrazo los corazones se entibian y eso es un don del Padre bueno, que ha tenido a bien concederme. Espero que tú también te estés disponiendo, que aproveches estos días para salir de tu vitrina y perder el miedo a ser y sentir. Nos seguimos leyendo. Que tengas bonita vida... de Corazón.
Los tiempos de Dios son perfectos. Para algunos este es casi un dogma de fe, para otros, es una forma fácil de evadirse... para mí, Corazón, es ambos. Lo mejor que me ha podido pasar en la vida es Dios. Él sabe que no me fue arbitrariamente impuesto; sabe que incluso me fue revelado a medias. Él está consciente de que en algún momento me hice un Dios a la medida, uno que me permitía ciertas libertades porque yo le coloqué una venda en los ojos, así no podía reprocharme mis faltas. Claro que todo terminó mal -como era de esperarse- y solo entonces pude llegar a Él con el corazón roto y mi soberbia vencida y hasta ese momento me encontró preparada para mostrarme cómo, dónde y con quién podía vivir de manera diferente a través del amor.
Fotografía Mahqui Carrillo
Con suma paciencia e infinita ternura me ha llevado y traído hacia encuentros tan bendecidos, sin imponerse, siempre dejándome a mí decidir y eso lo sé porque en mi testarudez sigo equivocándome, sigo tomando el camino equivocado, pero ahora con la confianza plena en Él, en que está ahí y puedo decirle: "Señor, quise actuar de acuerdo a lo que yo creía que era mejor, pero me equivoqué, perdóname, por favor y ayúdame tú a enderezar el rumbo."
Los tiempos de Dios son perfectos, así lo creo firmemente y en ello descansa mi alma, así que no tengo que preocuparme por apurar encuentros ni desgastarme tratando de adivinar el futuro. Sólo el Padre conoce nuestra esencia y sabe perfectamente en qué momento estamos listos para recibir aquello que anhelamos o cuándo son convenientes las retiradas.
En el momento perfecto estuvieron presentes mis hermanas del alma, en el momento perfecto, llegó el amor de mi vida, en el momento perfecto nacieron cada uno de mis pollitos, en el momento perfecto he coincidido con seres humanos hermosos que en ocasiones llegan justo a tiempo a mi vida, y en otras -las que más agradezco porque me siento instrumento útil del Padre- he sido yo quien he estado en el momento oportuno en sus vidas. Así que también me ha proporcionado los momentos perfectos para dar, para darme y es cuando más cerca de su amor me he sentido, porque confía en mí para ayudarle a otro ser humano, aunque mi corazón esté parchado.
Hoy te comparto una bellísima canción de Álvaro Fraile que se llama Algo que dar... la letra es justo esa conversación que tenemos a veces con el Padre, cuando nos preguntamos si somos suficiente para servirle. Espero que la disfrutes.
Nos seguimos leyendo. Que tengas bonita vida... De Corazón.
Existen dos formas de ver cada situación: la positiva y la negativa; aunque por ahí dicen que existe la realista, también. Así que, o vemos lo bueno o vemos lo malo de algo... y esos juicios de valor los emitimos desde nuestra percepción, incluso si dices que ves las cosas de manera realista, estás juzgando a partir de TU realidad, que es distinta, aunque se llegara a parecer, a la realidad de cualquier otro ser humano sobre la tierra, simplemente porque para formar tu "realidad", te has valido de tus propias experiencias ante una serie de hechos acontecidos a lo largo de tu vida, así como toda la información (y la forma en que tu procesaste esa información) que has recibido a través de la interacción con el mundo, tu mundo: el lugar donde vives, las cosas que realizas, las personas con las que convives, etc.
Entonces, no es de extrañarse que cuando dos personas emiten su opinión acerca de algo, puedan llegar a estar en los polos opuestos y, sin embargo, ambas tener cierta razón en lo que dicen. Lo que es importante es que más allá de los juicios de valor, comprendamos que todos somos diferentes y que esa es parte de lo enriquecedora que resulta la experiencia de convivir con otro ser humano, ampliar nuestra visión del mundo, abrirte a nuevas formas de percibir, de opinar, de vivir...
Recientemente me vi frente a alguien que en su charla emitió un juicio acerca de una persona muy querida para mí, un juicio no muy favorable; mientras esta persona hablaba, dentro de mí se empezó a mover un deseo de parar en seco aquella conversación, cosa que por fortuna no tuve que hacer porque hubo intervención divina y alguien más la interrumpió... pero mientras todo esto pasaba, yo reflexionaba acerca de la vida de esta persona y cómo lo que le ha pasado ha influido para que perciba de manera tan distinta a mí. Me sentí tan agradecida por las cosas que me han tocado vivir ya que, gracias a eso, dicha situación fue enriquecedora y no una mala experiencia. Si yo, en cambio hubiera actuado desde la víscera, después me hubiera sentido bastante mal. Entendí que no podemos estar de acuerdo y que trataré en la medida de lo posible ser tolerante con quien no piense como yo, pero sobre todo, por mi necesidad de paz, evitaré a toda costa prestarme a consecuentar juicios sobre cualquier persona, porque cada quien pasa por esta vida en su propia búsqueda, bajo sus propias circunstancias y, salvo que sus acciones dañen a alguien o sean nocivas para sí mismos, no estamos aquí para juzgar, sino para acompañar desde el amor y la única manera de mostrar que nosotros vamos bien por la vida es vivir agradecidos, felices y con paz en el alma... quizá alguien nos vea y se le "antoje" vivir así.
Hoy te comparto una canción más de Abel Pintos, se llama Alguien y, sí, definitivamente todos somos alguien... espero que la escuches y que su letra te diga algo...
Nos seguimos leyendo. Que tengas bonita vida... de Corazón.