jueves, 22 de septiembre de 2016

Corazón de otoño

Soy de otoño y de nostalgia...

Sueño con paisajes dorados y ocres.

Con viento fresco en mi rostro;
caminando en un bosque o 
sentada junto a un lago.
Soy de otoño y de nostalgia.

Inicia mi estación favorita del año... el otoño.  Cuando pienso en el otoño, desde luego pienso en que el ritmo de la vida de pronto se vuelve más lento, más disfrutable; lo mismo que el ambiente, el clima y el paisaje.  Otoño me sabe a nostalgia... y creo que Corazón es una  nostálgica sin remedio... 

Es un tanto como la vida... los primeros años (primavera) todo es primicia, todo es sorpresa... todo florece, todo tiene un candor especial...  En la etapa de juventud (verano), el ambiente invita a agitarse, a vivir desde el impulso, la efervescencia, sin pensar mucho en el mañana, se vive el presente, embriagados por el calor del momento...  Pero cuando llegas a la etapa adulta (otoño), te das cuenta que la vida ya no es tan candorosa ni tan agitada... sino que empieza a cobrar ciertos matices de armonía y paz que te invaden y que disfrutas, siempre y cuando hayas pasado por tus otras etapas (estaciones) viviendo lo que tenías que vivir, de la mejor manera posible.

Hay quien anhelará mantener su eterna primavera... o quien no se imagina abandonar la efervescencia de su verano... No sé qué tan bueno sea aferrarse y tratar de prolongar las etapas... Lo que sí sé, es que mientras más las disfrutes en el periodo exacto en que se tienen que vivir, mejor será tu vejez (invierno).  Así, no lamentarás no haber hecho lo propio en la infancia, la juventud o la adultez... y por el contrario, te sentirás satisfecho con haber sembrado y cosechado en los tiempos adecuados, para disfrutar los frutos cuando llega el manso reposo.

Yo, sin duda, soy Corazón de otoño... porque para mí, otoño es paso sin prisa, es despojarte de aquello que ya no te es útil para ser feliz, es ver tu reflejo en las aguas tranquilas de un lago y gustar de aquello que ves, es disfrutar cómo va cambiando de color la vida, con todos sus matices.  Es llenarse los ojos de color atardecer y los oídos de crujir de hojas secas.  Es llenarse de viento la piel y de abrazos el alma.

Bienvenido querido otoño... Sueño dorado.

Nos seguimos leyendo.  Que tengas bonita vida... de Corazón.

P.D.  Me encontré esta hermosa canción de Abel Pintos, Sueño Dorado y me da sensación de otoño... por eso te la comparto.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario