![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiujxXdXZ4m13UVcIE6WtFJhZNShvAveVy-fVwMgCUQ0Z38BVCc9cWsFsmt0WTt0GXdbg_v1gbl3epBfYVL8oTN0VX-iFgL-vzVNR0721yqAEZCwAqH31C0apLUxHt4l4Hk0R_bzxzh7Ug/s320/IMG_20160916_065553.jpg)
Es bueno, de vez en cuando, hacer ese ejercicio... practicar el silencio. En estos tiempos, es cada vez más difícil conseguirlo. Tantos medios de comunicación: pantallas, reproductores de música, teléfonos celulares, tabletas, laptops, etc., todos repletos de información, de trivialidad, juegos, música, videos, programas, series... ruido, ruido y más ruido... Todo eso nos mantiene distraídos de nuestro silencio. Permanecemos en una constante evasión del encuentro con nuestro interior, tal vez porque no nos sentimos tan cómodos con aquello que nos tenemos que decir.
De a poco, Corazón va disfrutando más del silencio... ahí es donde mejor escucho a Dios, y mi interior tiene oportunidad de hablarme; aunque a veces no me guste tanto lo que tengo que decirme. Otras veces me hablo bien, logro reconciliarme y hacer pequeños pactos conmigo misma para vivirme mejor.
A ti ¿qué te dice el silencio? ¿Lo dejas llegar a ti? Si no es así... te invito a que lo hagas y te sorprendas con todo lo que escuches en él.
Antes de hacer silencio, te invito a escuchar esta canción: De solo vivir, de Abel Pintos. Porque a veces cuesta "ponerse sincero en voz alta"... Disfrútala.
Nos seguimos leyendo. Que tengas bonita vida... de Corazón.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario