martes, 13 de septiembre de 2016

Corazón y su nostalgia

Hoy ha sido uno de esos días en que la nostalgia se apoderó de todo... Llegó desde temprano y todavía es hora que la visita no se retira.  Al principio todo estuvo bien, porque pude tomarme un café con ella y ponernos al día.  Le platiqué lo que extraño, lo que desearía que nunca hubiera cambiado y mientras lo hacía, ella, en un estado de total desenfado, abrió su maleta y sacó una serie de recuerdos y momentos empolvados que me fue mostrando de uno por uno...

Me llevó a mi infancia, cuando correr, reír, bailar y trepar árboles eran aventuras compartidas con grandes amigos y no había más preocupación que el regaño de mamá por cualquier cosa... era especialista en hacerla enojar.  Luego, sacó momentos difíciles, de aquellos años en que crecer dolía, porque me tomaba demasiado a pecho la vida de adolescente: se abrieron brechas que no terminan de cerrar.  Entonces se instalaron sueños, ilusiones, amistades y amores que dejaron honda huella y que de alguna manera me definieron... ahí descubrí que era sensible y que, en ese entonces, no me convenía mucho ser de esa manera...

Así fue sacando de a poco las etapas de mi vida, lo mismo que a las personas que han formado parte de ella.  Volví a caer en cuenta que soy de pocas personas... bueno, ahora en conjunto no son tan pocas, pero de cada etapa y cada lugar, sí tuve a bien coincidir plenamente con el número necesario de seres humanos hermosos que aportaron luz a mi vida y que, en su gran mayoría aún cuento como amigos entrañables.  Quizá donde perdí con la nostalgia, fue precisamente ahí:  cuando me di cuenta de que extraño enormemente a quien no está cerca y, más aún, a quien Dios ha dispuesto que no volverá a estar en mi vida.  

Confieso que eso sí me pegó hoy... esas pérdidas... y las lloré... de ahí se agarró la nostalgia para instalarse en mi habitación y, a estas horas, ya cerca de la hora de dormir, pues realmente quisiera que ya se despidiera... no quiero pasar la noche dando vueltas en la cama mientras ideas necias se la pasan yendo y viniendo... 

Fotografía:  Mahqui Carrillo
Sé que no fue una gran idea abrirle la puerta a la nostalgia... sabía que ese café con ella se prolongaría; eso ya no tiene remedio.  Ahora trataré de despedirla, diciéndole con voz amable que vuelva en otra ocasión, quizá cuando tenga un día de lluvia y nos podamos sentar en el patio y quizá disfrutemos de mojarnos para que, si ruedan las lágrimas, no se noten mucho... pero, que por ahora... es mejor quedar como buenas amigas y decir un hasta luego, porque no es que no la quiera, lo que pasa es que Corazón necesita estar en paz... 

En el estado de ánimo en que me encuentro ahora, no se me ocurre otra compañía que la de un poema... y siendo así, ninguno mejor que Hagamos un trato de Mario Benedetti... y qué mejor que dicho por él mismo.

Nos seguimos leyendo.  Que tengas bonita vida... de Corazón


No hay comentarios.:

Publicar un comentario