Agradecida con el Padre bueno que llenó el año que concluye de bendiciones, de momentos hermosos, de gente bonita, de música para el alma y, sobre todo, de la inspiración y el valor suficientes para que Corazón saliera a la luz y empezara a compartir su forma particular de ir por la vida con quien quiera leerla...
Agradezco cada visita... ojalá hubiera comentarios para saber de ti, para comprender por qué viviendo tan lejos te llama la atención y te tomas el tiempo de leerme. Agradezco tus palabras de aliento a ti que vives cerca, que me has hecho saber de manera personal que leerme te hace bien.
No hay más que decir por ahora... me dispongo a disfrutar en familia agradeciendo las bondades del 2016 y a unirme a la esperanza de todos de que el 2017 será un año muy bendecido.
Te abrazo con cariño. Nos seguimos leyendo. Que tengas bonito 2017... de Corazón.
Una de las palabras más difíciles de pronunciar en cualquier idioma es: perdón. Claro que no es en sí por la palabra misma, sino por todo lo que implica pronunciarla desde lo más profundo de nosotros. Decir perdón, implica que evaluaste una situación y concluiste que hubo una consecuencia no agradable para el otro, quizá un daño o una ofensa y como es importante para ti, le dices con una palabra que, por encima de tu orgullo, está el aprecio, cariño o amor que sientes; así que por tener paz en ti y, con la esperanza de que haya paz en el otro, pides perdón. Sobre todo, pides perdón cuando estás dispuesto a hacer algo para remediar la situación que causa el conflicto, de otra manera es sólo una palabra echada al viento.
Hoy Corazón quiere pedir perdón. Hay personas realmente importantes en mi vida a quienes no he sabido valorar lo suficiente o que aún consciente de su importancia en mi vida, no les he hecho saber lo mucho que significan para mí.
Perdón, Don Corazón... a pesar de amarte tanto, hay cosas con las que te sigues topando 20 años después: mi pereza, mi comodidad, mi inseguridad, mi desidia, mi egoísmo, por citar algunos defectos que no han hecho tan fácil el vivir conmigo.
Perdón, Pollitos... con todo el amor que me inspiran, he ido aprendiendo a ser mamá al tiempo que crecen ustedes y quizá no he tomado las mejores decisiones en el camino. Para exigirles algo, debo ser aquello que pido y hay cosas que definitivamente no pueden ser sin que yo sea su ejemplo.
Perdón papás... amarlos sin emitir juicio me ha sido difícil y de ahí las diferencias y las distancias.
Perdón hermanos... verlos crecer tan cómplices y tan complementados me hizo verlos desde lejos y no he sabido crear un puente sobre el abismo que yo cavé.
Perdón amigos... porque estoy segura de que no estuve para ustedes en algún momento crucial de sus vidas y tiempo después supe de su enfermedad o sus problemas, cuando ya no podía tenderles una mano o brindarles mi apoyo.
Perdón Padre bueno... porque todo lo anterior ha sido consecuencia de que no he sabido amar como tú me has amado, como tú me has enseñado. Soy apenas un esbozo desdibujado de todo lo que tú eres... pero aún así, un instrumento defectuoso que en tus manos ha logrado llegar con amor a algunos corazones y eso me da esperanza de que no soy caso perdido y si tú crees en mí... eso me basta.
Esta es apenas una parte de los perdones que debo... y quizá no encuentre respuesta positiva, pero quería que supieran que a pesar de que pueda parecer que voy por la vida con la vida perfecta, la verdad es que no; libro mis propias batallas internas y me encuentro poco merecedora de la gracia y bendiciones que el Padre bueno derrama sobre mí, por eso las valoro tanto, por eso no puedo hacer más que agradecer a cada momento mi vida y la de mis personas.
La vida es un milagro y no vale la pena desperdiciarla siendo infelices, Corazón aún tiene mucho por dar. Hoy más que nunca digo gracias por todo... gracias por tanto.
Nos seguimos leyendo. Que tengas bonita vida... de Corazón.
Este día es de gozo porque entiendo que Jesús, Nuestro Salvador nace otra vez para volverse contemporáneo de todas las generaciones... de tal manera que fue actual en su tiempo y lo es en el nuestro. Él trae la buena nueva: amor y misericordia infinita para todos y cada uno nosotros.
Año tras año me encuentro tratando de vivir mejor la Navidad... y puedo afirmarte que esta ha sido la mejor de todas. Hoy estuve en un pedacito de cielo. Jesús fue el centro de todo y a su alrededor estuvimos llenos de alegría, de paz, de amor; alejados de las preocupaciones y las angustias que normalmente nos aquejan. Fue tan hermoso sentir que ahí estaba todo lo que yo podía necesitar: Jesús, Don Corazón y mis Pollos... pero además, en el alma, todas mis personas, y pude experimentar plenitud y gozo.
Es en la sencillez donde Él se manifiesta y donde nada estorba para percibirlo. Quizá por eso nos cuesta tanto encontrarlo, porque vamos por la vida deseando tener tantas cosas, abrumados por el ruido externo y los enredos internos, queriendo ser siempre el centro, fijándonos en lo que recibimos de los demás o en lo que no recibimos; todo eso nos deslumbra, nos estorba y nos impide ver al que es la Luz...
Mi canción para hoy es hermosísima, es de Carla Morrison, se titula Jesús... a mí me encantó. Disponte y disfrútala.
Ojalá que este día te des la oportunidad de abrir el corazón a Su Amor y lo compartas donde quiera que te encuentres. Deseo que Jesús venido al mundo en la fragilidad de un niño encuentre en ti el mejor lugar para instalarse y vivir. Que el Amor y la Paz reinen en tu hogar. Nos seguimos leyendo. Que tengas bonita vida y una
¿Sabes algo? Me molesta mucho esperar acciones y reacciones de la gente. Me molesta sentirme dependiente de lo que los otros piensen, sientan o hagan. Me molesta ver cómo me pasan de largo y luego quedarme preguntándome si hay algo mal en mí... si soy un bicho raro... En resumen, me molesta perder mi paz por los demás. Esa es una de mis piedras en el zapato. Según yo trato de ir por la vida con pensamientos enfocados en el lado amable de la vida, donde me vivo mejor. Trato de ser agradecida con Dios por todo lo que me regala a cada momento y por toda la gente bonita con quien me coincide en el camino. También me llena el alma esa gente, la que en un abrazo se deja amar y me transmite alegría, paz, cariño. Soy tan bendecida por todo eso... ah, no, pero Corazón, va y ve los puntitos negros del arroz; porque no falta aquel o aquella a quien amas pero con quien no logras conectar como quisieras y, una de dos, o no sabe amarte como eres o no sabes amarlo como es. No creas, me hago la disimulada muchas veces... me digo a mí misma que soy yo la que anda mal; que soy yo la que veo cosas raras... me pongo sentimental y voy juntando detallitos mientras veo para otro lado... je, je, je... y nada, que después llevo un buen costal de "pequeñas cosas" que pesan y luego no hallo cómo tirar. Pero entonces, volteo hacia el lado donde está toooodoooo lo hermoso que tengo en la vida: Don Corazón, mis Pollos, mis hermanas del alma, la gente que está ahí y que me ve con tanto cariño y que me llena de paz con sus palabras y sus detalles y, ahora también, la gente que se toma el tiempo de leer a Corazón a través de este sitio... y ¡claro que aviento el costal! Porque es a través de lo bonito de mi vida que el Padre bueno me dice: TE AMO. Lo demás, lo que me quita la paz es algo que yo no puedo remediar, por más que intente ser "agradable" y quiera ganarme las "atenciones" de las que no he sido merecedora con mi forma particular de ser. Ni hablar, amar implica disculpar sin límites pero, sobre todo, cuidarse el alma para amar sin límites y agradecer sin límites todo lo que soy. Hay tanto que aprender en la vida, tanto que madurar, tanto que valorar... Hoy opto por vivirme feliz donde estoy, con quien quiere estar de corazón cerca de mí... Bendigo y amo a quien busca en Corazón algo que no puedo ofrecer, pero no prometo esforzarme mucho por llenar sus expectativas... Sólo puedo ofrecer lo que soy y viendo que hay tanta gente que me demuestra cariño, creo que no ando tan mal. Te comparto una canción de Abel Pintos, con una letra hermosa: Lo que soy... espero que la disfrutes.
Nos seguimos leyendo. Que tengas bonita vida... De Corazón.
Diciembre está en pleno. Dentro del caos que existe por las cosas superficiales y otras necesarias, los corazones se van sintiendo más cálidos y dispuestos a dar y recibir; a demostrar abiertamente, al menos por un cierto tiempo, amor y cariño a la gente que nos significa algo importante en la vida. A veces dejamos pasar oportunidades en el transcurso del año para hacer sentir al otro lo mucho que su existencia nos llena. Estamos acostumbrados a dar chispazos de amor en los cumpleaños, Día del Amor, Navidad, Año Nuevo, el Día de la Madre, del Padre, del Niño, etc. Damos a nuestra libertad de expresar amor y agradecimiento tiempo y momentos limitados y pasamos el resto de la vida dando por sentado que los otros saben lo que sentimos por ellos. No se trata de traer siempre una rosa en la mano, ni de hacer festivales a diario. Es, más bien, apreciar al otro y hacerlo sentir apreciado. Una palabra linda, un abrazo cálido, un hacer para el otro, en fin, entregarnos en muestras de cariño constantes, de manera que en nuestro corazón sigamos generando amor y logremos avivar el amor en el corazón del otro. Cuántas relaciones perdidas por una vida llena de egoísmo y carente de entrega. ¿Y después? ¿A quién se le entregan los besos guardados?, ¿dónde se cuelgan los abrazos a medias?, ¿a quién diriges las palabras dulces si ya no hay oídos dispuestos? Vamos reservándonos para un momento que quizá no llegue. A veces pasa que nos acordamos de alguien con cariño y habiendo ahora tantos medios para comunicarnos, somos incapaces de acortar la distancia o la desidia. Nos protegemos cual objetos finos y delicados tras vitrinas que nos impiden sentir al otro y, más aún, que el otro sienta lo que guardamos. Por lo pronto, Corazón ya no escatima. Voy dejando te quieros y abrazos a mi paso cada vez más sentidos. De qué me servirían encerrados en mí... He visto miradas iluminadas tras pronunciar palabras de vida y he percibido cómo aferrados a un abrazo los corazones se entibian y eso es un don del Padre bueno, que ha tenido a bien concederme. Espero que tú también te estés disponiendo, que aproveches estos días para salir de tu vitrina y perder el miedo a ser y sentir. Nos seguimos leyendo. Que tengas bonita vida... de Corazón.
Los tiempos de Dios son perfectos. Para algunos este es casi un dogma de fe, para otros, es una forma fácil de evadirse... para mí, Corazón, es ambos. Lo mejor que me ha podido pasar en la vida es Dios. Él sabe que no me fue arbitrariamente impuesto; sabe que incluso me fue revelado a medias. Él está consciente de que en algún momento me hice un Dios a la medida, uno que me permitía ciertas libertades porque yo le coloqué una venda en los ojos, así no podía reprocharme mis faltas. Claro que todo terminó mal -como era de esperarse- y solo entonces pude llegar a Él con el corazón roto y mi soberbia vencida y hasta ese momento me encontró preparada para mostrarme cómo, dónde y con quién podía vivir de manera diferente a través del amor.
Fotografía Mahqui Carrillo
Con suma paciencia e infinita ternura me ha llevado y traído hacia encuentros tan bendecidos, sin imponerse, siempre dejándome a mí decidir y eso lo sé porque en mi testarudez sigo equivocándome, sigo tomando el camino equivocado, pero ahora con la confianza plena en Él, en que está ahí y puedo decirle: "Señor, quise actuar de acuerdo a lo que yo creía que era mejor, pero me equivoqué, perdóname, por favor y ayúdame tú a enderezar el rumbo."
Los tiempos de Dios son perfectos, así lo creo firmemente y en ello descansa mi alma, así que no tengo que preocuparme por apurar encuentros ni desgastarme tratando de adivinar el futuro. Sólo el Padre conoce nuestra esencia y sabe perfectamente en qué momento estamos listos para recibir aquello que anhelamos o cuándo son convenientes las retiradas.
En el momento perfecto estuvieron presentes mis hermanas del alma, en el momento perfecto, llegó el amor de mi vida, en el momento perfecto nacieron cada uno de mis pollitos, en el momento perfecto he coincidido con seres humanos hermosos que en ocasiones llegan justo a tiempo a mi vida, y en otras -las que más agradezco porque me siento instrumento útil del Padre- he sido yo quien he estado en el momento oportuno en sus vidas. Así que también me ha proporcionado los momentos perfectos para dar, para darme y es cuando más cerca de su amor me he sentido, porque confía en mí para ayudarle a otro ser humano, aunque mi corazón esté parchado.
Hoy te comparto una bellísima canción de Álvaro Fraile que se llama Algo que dar... la letra es justo esa conversación que tenemos a veces con el Padre, cuando nos preguntamos si somos suficiente para servirle. Espero que la disfrutes.
Nos seguimos leyendo. Que tengas bonita vida... De Corazón.
Existen dos formas de ver cada situación: la positiva y la negativa; aunque por ahí dicen que existe la realista, también. Así que, o vemos lo bueno o vemos lo malo de algo... y esos juicios de valor los emitimos desde nuestra percepción, incluso si dices que ves las cosas de manera realista, estás juzgando a partir de TU realidad, que es distinta, aunque se llegara a parecer, a la realidad de cualquier otro ser humano sobre la tierra, simplemente porque para formar tu "realidad", te has valido de tus propias experiencias ante una serie de hechos acontecidos a lo largo de tu vida, así como toda la información (y la forma en que tu procesaste esa información) que has recibido a través de la interacción con el mundo, tu mundo: el lugar donde vives, las cosas que realizas, las personas con las que convives, etc.
Entonces, no es de extrañarse que cuando dos personas emiten su opinión acerca de algo, puedan llegar a estar en los polos opuestos y, sin embargo, ambas tener cierta razón en lo que dicen. Lo que es importante es que más allá de los juicios de valor, comprendamos que todos somos diferentes y que esa es parte de lo enriquecedora que resulta la experiencia de convivir con otro ser humano, ampliar nuestra visión del mundo, abrirte a nuevas formas de percibir, de opinar, de vivir...
Recientemente me vi frente a alguien que en su charla emitió un juicio acerca de una persona muy querida para mí, un juicio no muy favorable; mientras esta persona hablaba, dentro de mí se empezó a mover un deseo de parar en seco aquella conversación, cosa que por fortuna no tuve que hacer porque hubo intervención divina y alguien más la interrumpió... pero mientras todo esto pasaba, yo reflexionaba acerca de la vida de esta persona y cómo lo que le ha pasado ha influido para que perciba de manera tan distinta a mí. Me sentí tan agradecida por las cosas que me han tocado vivir ya que, gracias a eso, dicha situación fue enriquecedora y no una mala experiencia. Si yo, en cambio hubiera actuado desde la víscera, después me hubiera sentido bastante mal. Entendí que no podemos estar de acuerdo y que trataré en la medida de lo posible ser tolerante con quien no piense como yo, pero sobre todo, por mi necesidad de paz, evitaré a toda costa prestarme a consecuentar juicios sobre cualquier persona, porque cada quien pasa por esta vida en su propia búsqueda, bajo sus propias circunstancias y, salvo que sus acciones dañen a alguien o sean nocivas para sí mismos, no estamos aquí para juzgar, sino para acompañar desde el amor y la única manera de mostrar que nosotros vamos bien por la vida es vivir agradecidos, felices y con paz en el alma... quizá alguien nos vea y se le "antoje" vivir así.
Hoy te comparto una canción más de Abel Pintos, se llama Alguien y, sí, definitivamente todos somos alguien... espero que la escuches y que su letra te diga algo...
Nos seguimos leyendo. Que tengas bonita vida... de Corazón.
Después de un silencio breve, o quizá no tan breve, finalmente Corazón vuelve a sentarse frente al teclado con sentimientos e ideas que ojalá pueda compartir. Por un lado, han sido días de mucha actividad alrededor mío; tanto que no podía contar con el tiempo y la tranquilidad que se necesita para abrir la caja de sorpresas que es el corazón y, por otro, también llegaron días de esos en que no es tan fácil sentir lo que se siente; a tal grado de pensar que este ejercicio de abrirme al mundo y lanzar mis palabras tal vez no valía tanto la pena... total, soy una más que escribe y se pierde en el vasto mundo... Sí, a ese grado de gris llegó a estar todo por acá. Sin embargo, hay alguien allá arriba que acomoda todo en su lugar y que a través de bonitos instrumentos me recuerda que esto es lo que quiero hacer, que si bien, no soy la mejor para expresar ideas, tal vez sea el sentimiento el que ha logrado conectar con otros seres que, en su espacio, pasan por situaciones que les cuesta un tanto atravesar y que aquí, en este breve momento en que pasan por estas letras, yo puedo aportar un poquito de luz con lo que comparto.
Hoy tuve la bendición de sentarme junto a una hermosa mujer que me preguntó por qué no había recibido nada de Corazón Bonito en varios días y me sentí tan apenada de decir: porque no he escrito nada, y entonces, su interés genuino tocó con un calor especial a Corazón; eso y el que mis personas especiales compartan lo que publico, me apoyen y promuevan, me hace sentir muy amada y, correspondiendo a ese amor, me prometí que hoy encontraría espacio, tiempo y forma para volver y aquí estoy...
Me gusta pensar que lo que me sucede tiene su razón de ser... aunque tengo mis momentos bajos, estoy aprendiendo a lidiar con ellos: los atravieso con mejor actitud cada vez. No dejan de sentirse, por el contrario, se sienten más, pero ya sin la ansiedad de querer salir de ellos a como dé lugar, más bien con la confianza de que van a pasar a través de mí, y no van a estancarse. Ahora, lejos de castigarme con el pensamiento de que tengo que ser feliz siempre, los asumo como parte mía, una parte no tan linda, pero que está en mí porque soy de esta manera, con esta forma especial de percibir lo que está a mi alrededor y lo que la gente que está cerca me transmite. Así que me aferro a la esperanza de que vienen días nuevos en los que podré encontrarme con los rayos de luz que son constantes, pero que yo misma no me permito ver. Entiendo y agradezco el hecho del porqué y el para qué he pasado por lo que he pasado y he vivido lo que he vivido... mis decisiones y mis experiencias me hacen lo que soy. Y esta que soy puede con conocimiento de causa decirte que no hay nada que Dios no tenga previsto y resuelto y sí, aunque parezca trillado, todo es cuestión de fe... de creerle cuando te dice que todo estará bien.
Aprovecho para agradecer a quien sigue leyéndome sin conocer a Corazón, más que a través de lo que aquí comparto. Allá en ese lugar lejano donde estás te abrazo y te digo que tú le das vida a mis palabras... gracias por eso. A ti, que me diste esa muestra de cariño y me mostraste un pedacito de tu vida hoy... gracias porque a través de ti, Dios me recordó que soy su instrumento y vuelvo a decirle que soy materia dispuesta. A ti que me compartes y que hablas bonito de lo que aquí escribo... gracias, aprecio mucho tu amistad y cariño. Es bueno sentir que no paso tan desapercibida por el mundo.
Hoy te comparto esta canción: Mi Ángel, de Abel Pintos... porque siempre hay un ángel que abraza el alma y está ahí para ayudarte a atravesar los momentos difíciles...
Nos seguimos leyendo. Que tengas bonita vida... de Corazón.
De pronto, un día te das cuenta que la vida como la conocías ya no está... Creo que eso es lo que le está pasando en estos días a Corazón. Me encuentro en una etapa de reajustes y no sé exactamente cuánto tiempo me tome asimilarlos. El cambio es una constante en el transcurso de la vida... a veces es tan pausado y casi imperceptible; otras veces es sorpresivo e impredecible, pero siempre necesitamos pausar para asimilar. Es importante reflexionar sobre los cambios que experimenta nuestra vida, porque son base para nuestros siguientes sueños, metas, proyectos.
Fotografía: Mahqui Carrillo
No necesariamente son cambios drásticos, tal vez son tan simples como dejar de consumir algún alimento que siempre te ha gustado, pero que sabes que no te hace bien y lo dejas de un día para otro. Quizá te miras al espejo y sientes que el peinado que has llevado por meses o años ya no va con la manera en que te percibes en el interior y tomas la decisión de hacerlo cortar. Puede ser que la familia cambia de etapa y de pronto ya no hay niños en casa y ahora hay un puñado de adolescentes queriendo probar su madurez, tomando sus propias decisiones y buscando ser independientes. Son los cambios los que nos muestran que hay vida, que la vida no es pasiva, que es movimiento constante que arrastra, que nos lleva hacia el futuro; en nosotros está que esos cambios nos lleven a un mejor momento, a un estado de paz, a vivir de forma agradable lo que nos toca vivir. Hace cinco meses Corazón dio un vuelco y tres meses atrás se armó de valor y dio un paso al frente para salir a lanzar al mundo su particular forma de ver la vida... y ahora son otras cosas las que cambian: la familia, los afectos, la vida... y todo ha sido para bien; eso es lo más satisfactorio, que todo cambio es para bien, aunque a veces nos parezca que como estábamos antes todo era perfecto, lo cierto es que el crecimiento interior es el que nos conduce a una mejor manera de saborear la vida y aferrarse a lo que fue, no sirve de nada o, mejor dicho, sólo sirve para anclarse y padecer. Así que... bienvenido el cambio... bienvenido todo lo que tenga que llegar y agradecida con todo lo que tiene que quedar atrás... gracias a Dios, todo va bien. Y a propósito de ello, te comparto una excelente canción de Álvaro Fraile, Todo va bien, porque así va la vida con sus cambios: "tan bien como lo quieras ver"...
Nos seguimos leyendo. Que tengas bonita vida... de Corazón.
Si fuéramos por la vida conscientes de quiénes somos, funcionaríamos mejor, disfrutaríamos más. ¿Nos vemos a nosotros mismos como un milagro o como alguien que nos pesa? Eso es fácil de averiguar. ¿Cómo son tus amaneceres? Es decir, cómo despiertas al nuevo día. Es grato para ti el despertar o es una carga enfrentarte a otra mañana. ¿A qué le dedicas más tiempo en tu día? A disfrutar y agradecer lo que vives, lo que tienes o te quejas por aquello que no tienes, que sientes que te falta o que tienes y te molesta tener.Somos energía y nos malgastamos o nos aplicamos en aquello que vivimos. Darnos cuenta de esto quizá nos permita vivir de mejor manera porque generando pensamientos agradables, podemos mantenernos saludables en nuestra mente, en nuestro espíritu y por lo tanto en nuestro cuerpo físico.
Fotografía: Mahqui Carrillo
Eso que escuchamos tantas y tantas veces acerca de que todo lo que necesitamos es amor, no es más que una verdad universal. Necesitamos recurrir a la fuente pura del Amor y mantenernos cerca de ella para amarnos, sentirnos amados y amar a los demás. Y es tan simple y tan complejo como reconocerse amado por Dios desde la eternidad, digno de ese amor y posteriormente generador de ese amor. El amor es el impulso que mueve voluntades y crea lazos. Nos fortalece y nos anima a alcanzar sueños. El amor es la razón por la que estamos en este mundo y por lo que buscamos la mejor manera de transitar por esta vida. Si hay amor en tu vida eres capaz de ver lo mejor en el prójimo y, aunque notes sus fallas, intentas comprenderlas y, a veces, le ayudas a mejorar, no por ti, sino por su mismo bien, para que sea más feliz. Si hay amor en tu vida, eres capaz de hacer tantas cosas, porque se siente bien realizar "proezas" por amor e igualmente, inspirar amor cuando vas más allá de lo que esperan de ti. Si estuviéramos conscientes de que somos amor, esa invaluable energía que alimenta, que impulsa, que es vida... dejaríamos de arrastrar nuestras almas por el mundo y nos dejaríamos guiar por ellas, porque el alma sabe que vivir el amor desde el Amor es la más extraordinaria de las experiencias. Todo es cuestión de valorar, de darse el tiempo de ver hacia el interior y abrazar el ser de amor que somos cada uno para alejar así lo negativo de la vida y quedarnos con lo mejor, porque siempre deseamos lo mejor para quien amamos, es justo que empecemos con nosotros mismos. Nos seguimos leyendo. Que tengas bonita vida... de Corazón.
Parece que caminamos en círculos. Vivimos como si nada nos sorprendiera, con la mirada clavada en el suelo o en nuestras propios pensamientos y de vez en cuando algún evento extraordinario nos hace levantar la vista y ver más allá.
Fotografía: Mahqui Carrillo
Tal vez la llegada del amor sea uno de esos eventos que nos sacuden y alteran el orden de todo lo ya establecido. Se presenta y la mirada cambia. Los sentidos se agudizan, las ideas se revuelven, las cosas cobran nuevo sentido y todo parece distinto aunque sea igual. Puede ser que sea eterno, puede ser que dure la víspera; pero sentir es en sí un evento extraordinario, aunque luego lo lleves a la rutina, a tu andar en círculos. Sólo Dios sabe por qué vivimos lo que vivimos y por qué nos toca de pronto repasar lecciones en esta vida. Será que somos tan obstinados que no alcanzamos a aprender a la primera, o aprendemos algo que no se suponía que aprendamos. Tal vez hay cosas que debemos dejar pasar de largo y no intentar tocar, ni siquiera voltear a ver. O será que justo hay que ir tras ello, cueste lo que cueste. Es posible que haya sentimientos que no se deban sentir o que debamos sentir sin que lleguen a alterar lo que ya es. No sé si haya respuesta correcta para esas interrogantes. A veces me sorprendo con una sensación de ya haber pasado por situaciones que aunque no son idénticas, a mí me llevan a un estado parecido en el que me tengo que cuestionar para emerger con un crecimiento. Mi ganancia esta vez es saberme dueña de mí, de mis decisiones y de mis consecuencias. Ya no me siento perdida. Esta vez no pretendo ser perfecta. Esta vez voy libre, voy sintiendo, voy recibiendo y voy dando: voy siendo yo. La vida me ha dado la oportunidad de integrar a mis círculos experiencias nuevas y hermosas para que deje de clavar la vista en el suelo y vea al frente y no me pierda de nada y todo lo sienta y todo lo disfrute... Esta vez Corazón va mejor por la vida. Hay luz. Nos seguimos leyendo. Que tengas bonita vida... de Corazón.
Hoy tengo motivos para agradecer... A veces damos por sentado tantas cosas; nos vemos rodeados de familia y amigos y los percibimos eternos incluso nosotros mismos nos sentimos infalibles, inmunes a riesgos y enfermedades... Lo cierto es que no lo son, ni nosotros lo somos. Por eso deberíamos agradecer todos los días porque contamos con esas personas especiales en nuestras vidas, ya sea al alcance de la mano o en la distancia, pero cerca del alma. En estos días, con la salud un poco comprometida, Corazón ha recibido muchas muestras de cariño sincero y eso me ha hecho bien anímicamente. Es bueno sentir la estima y el amor de mis personas. Sus oraciones y buenos deseos son escuchados y dentro de todo voy muy bien. Ojalá pudiera pagar un poquito de lo mucho que me dan. Por lo pronto, hay que guardar reposo y tener paciencia, porque así es esto. Y también toca orar por quienes están en camas de hospital o en sus casas pero en estado crítico... Dios les conceda fortaleza y perseverancia en la fe. También pido por ti que hoy me lees, para que tengas salud y vida plena... Hoy te comparto una canción que me llena de alegría y me hace bien, es de Abel Pintos y se titula Motivos... espero que la disfrutes.
Nos seguimos leyendo. Que tengas bonita vida... de Corazón.
Hoy estoy llorando... pero no, definitivamente no estoy triste... un tanto sensible, quizá.
Fotografía: Mahqui Carrillo
De pronto, escuchando a Abel Pintos, empecé a sentirme, tan llena, tan rebalsada... sus letras son hermosas y se juntaron con muchos regalos de Dios: la vida, para empezar, y poderla compartir con los que amo. Estar cerca, al menos en espíritu, de gente hermosa que se alegra con la alegría de otros. Saber que el Padre escucha y atiende los anhelos del corazón de mis amigos. Saber que hay un lugarcito para mí en la vida de gente tan noble y linda, que me dedica un pensamiento y, más aún, su cariño. Cómo no sentirse bendecida y emocionada hasta las lágrimas de poder hacer lo que me gusta hacer y que haya gente que lo aprecie y me lo haga saber... Cómo no sentir el alma llenita recordando palabras bellas, abrazos sentidos, besos inconmovibles, canciones ancladas a la memoria, momentos eternos, sonrisas plácidas y llenas de luz. ¡Cuánto amor! Gracias, Padre... porque todo lo que siento hoy es para bien porque viene de ti y a ti te lo ofrezco. Qué grata sensación cuando la emoción inunda y busca salir y los ojos se ven colmados y no pueden sino soltar caudales de nostalgia, de alegría, de paz... y después queda esa sensación de calma. Hoy Corazón está llorando... pero no, definitivamente no estoy triste...
Nos seguimos leyendo. Que tengas bonita vida... De Corazón.
Al final... uno es lo que es. Cuando te quedas a solas, ahí ya no caben apariencias, ni caretas, ni siquiera las absurdas poses que tienes que usar frente al mundo para pertenecer o para pretender ser. Nos preocupamos tanto por lo superficial y nos cuesta reconocerlo porque nos enrolamos en la inercia que lleva el mundo. Vamos juzgando caras, cuerpos, estatus, inteligencia, solvencia y justo ese es nuestro parámetro para validarnos ante los demás. Es un juego eterno entre el tener y aparentar tener. Dejamos ir lo realmente importante por encajar en los estereotipos que nos dictan los ajenos... que luego nosotros mismos dictamos...
Fotografía: Mahqui Carrillo
Hace algunos días pensaba esto: Nos preocupamos mucho por lo que el mundo ve de nosotros o cómo nos perciben. si tenemos el físico adecuado, las habilidades sociales que vayan con el resto, los medios materiales que nos permitan ser incluidos en la sociedad... Y tratamos de llegar a ser alguien en la vida... Cuando la realidad es que ya somos alguien, alguien amado en gratuidad por el Padre, y que ante ese amor no hay etiquetas, ni poses falsas, simplemente somos lo que somos... Y de manera extraordinaria, Él nos regala encuentros a cuentagotas con personas cálidas que nos permiten ser... ser lo que somos para sentirnos libres y amados... Esas personas, son bendición en nuestra vidas, porque ellas nos permiten ver nuestro reflejo limpio y reposar nuestras almas sin más pretensiones que tener gozo y paz. No te exigen ni tú exiges nada de ellas, sólo basta saber que están, tan cerca como en la palma de la mano o tan lejos como la vida dicte las distancias y sus exigencias lo permitan... pero cuentas con ellas, porque te aman como eres y tú las amas como son... Yo, Corazón, soy mis años, mis vivencias, mis aciertos y mis errores, mis tropiezos y caídas, mis amaneceres y anocheceres, mi ternura y mi ira, mi valentía y mi inseguridad; soy nostalgia de otoño, soy lluvia de abril, soy viento fresco y fuego abrasador, soy un ave posada en la rama, soy luna callada, soy abrazo tibio para el alma, soy el beso más tierno que he recibido; soy frágil, soy fuerte, soy contradicción y certeza, soy un corazón que ama, soy libertad, soy los mares de luces que he visto y veré; soy árboles de pájaros y cielo nublado... soy una con quien amo, soy hija, madre, hermana, amiga... soy fe y esperanza... soy hija de Dios y Él me ha dotado de todas esas cosas que soy para poder apreciar su inmenso Amor... Al final uno es lo que es y vamos por la vida siguiendo el camino, vamos buscando la mejor manera de estar en este mundo... vamos aprendiendo a amarnos con el paquete completo, con todo lo que somos y lo que nunca seremos... Hoy te comparto una canción inspiradora de Abel Pintos, se titula Lo que soy... espero y la disfrutes...
Nos seguimos leyendo. Que tengas bonita vida... de Corazón.
Hoy te escribo esto... Luna En lo alto, en el cielo, allá en un espacio que no se alcanza, allá se encuentra Luna... Luna es, ¿cómo decirlo?... Luna es una mensajera. Yo la he visto dejándose llenar de miradas, besos, de abrazos sentidos y de te quieros que de a uno o de a cientos, corazones amantes le van colgando... La he visto cómo se sonroja, cómo sonríe, cómo resbala por su faz brillante una que otra lágrima; conmovida acaso por amores imposibles. Luna disfruta tanto su misión; ella ha inspirado tantas poesías, tantas canciones, tantos cuadros, tantos y más tantos... Porque en lo secreto, todos conocen su verdadera vocación: ser mensajera, ser la que mantiene atados con lazos de plata los corazones que en la lejanía permanecen juntos. Su ritual es siempre el mismo... inicia vacía, pareciera que no está, que se ha marchado dejando su puesto libre... pero no, ella se prepara para todo lo que vendrá, para recibir y dar trámite a todos los versos, prosas, canciones, y, como ya dije, miradas, besos, abrazos, los te quiero y algunos te extraño que tendrán que pasar por ella antes de terminar en los oídos, en los brazos, en los labios, en la frente, en las mejillas o en el corazón de alguien a quien la distancia, o las circunstancias le impiden recibirlos de manera personal e inmediata.
Fotografía y Letras: Mahqui Carrillo
Si la observas cada noche, verás que de a poco se va llenando; crece de a poquito, va clasificando sus entregas, porque ella es así, porque no quiere equivocarse al repartir los besos, ni dejar traspapeladas canciones y poemas que harán suspirar a un corazón. Es una seria misión esa que Luna tiene. Si la ves llena y en todo su esplendor, Luna ha reunido su máxima capacidad de mensajes de amor... Está lista para entregarlos, para vaciarse, igualmente, de a poco... porque así debe ser, porque amar y entregar amor lleva cierto ritmo y requiere paciencia... por eso, cuidadosa, Luna va dejando caer sobre los destinatarios sus entregas en rayos de luz... y así, se va quedando vacía de nuevo... Esta noche, si tienes a alguien en la distancia y deseas enviarle un pedacito de tu corazón, ¡búscala! Nada pierdes con intentar mandar un beso o un te quiero a través de Luna; piensa que tú y ese alguien están a la misma distancia de ella y mientras se encuentre en lo alto, en el cielo, en ese espacio que no se alcanza, no se sentirán tan lejanos: los dos ven la misma Luna.
Fotografía y Letras: Mahqui Carrillo
Nos seguimos leyendo. Que tengas bonita vida... de Corazón.
Si algo me hace feliz, es que mis personas especiales sean felices... Saberles con paz, saberles con gozo, es lo mismo en mí: paz y gozo, sobre todo cuando se ve tan clara la mano de Dios en lo que les acontece. Esta vez se trata de More... hermana del alma que me escogieron desde el cielo para que en el momento preciso entrara a mi vida y la llenara de luz y de alegría. More siempre tiene una sonrisa para mí, un abrazo cálido y su corazón abierto; ella es así... es su esencia y me siento bendecida por contar con ella en mi vida. More encontró un compañero de vida, que al igual que ella, es un corazón andando. Ambos forman un hermoso matrimonio que amo y admiro. Lo ideal es que todo fuera dicha, sin embargo, les ha tocado una parte difícil de la realidad, el no poder ser papás. ¿Por qué? Y, ¿por qué no? Así son las cosas a veces... Con todo y que deseemos algo desde lo más profundo del alma... el Señor tiene planes para nosotros que no comprendemos y que, al ser tan distantes de lo que deseamos, nos hacen repelar, rebelarnos, discutirle y hasta distanciarnos de Él... Yo sé que todo eso ha pasado en la vida de More porque han intentado por todos los medios alcanzar ese gran sueño, ese anhelo que permanece a pesar de que la naturaleza te dice no a los gritos y que, luego, la burocracia también te lo repite o, angustiosamente, guarda un silencio que aturde.
Fotografía: Mahqui Carrillo
Han sido años, de sentirse feliz al 99%... y después bajar al 40... y luego subir al 80 y andar así, con sonrisas que esconden llantos; a veces en la soledad de una sombría habitación, y otras en compañía y a pleno sol. Pero More es un alma valiente y se ha sobrepuesto muchas veces... por eso, la alegría que hoy le invade, me invade también a mí... está en camino a ver realizado su sueño. Un camino que será más largo que un embarazo de nueve meses, pero que al final, le pondrá en sus brazos amorosos una familia ya completa... pensada desde la eternidad. More, querida... Tú mereces todo el amor del mundo y gran parte de ese amor ya lo tienes a tu lado; esa otra parte que todavía no te alcanza estará, ya lo verás. Una sabia amiga, me dijo alguna vez en un momento muy difícil para mí, "por algo pasan las cosas..." Hoy, con algunos años más de experiencia, te lo digo yo: por algo pasan las cosas; a lo que agrego, los tiempos de Dios son perfectos y Sus planes siempre son mejores que los nuestros y de eso puedo dar testimonio. Cuando llegue a ti esa parte de amor que te tiene reservada, Corazón será la tía más feliz del mundo... por lo pronto, te tengo en mi oración y espero con tu espera... Nos seguimos leyendo. Que tengas bonita vida... de Corazón.
Hay días en que me siento fluir y hoy es uno de ellos. Cuando finalmente digo: esta soy, y agradezco a Dios ser esta, no otra, no alguien más, sino esta que tiene el alma parchada, pero libre, esta con el cuerpo dolorido, pero que me sirve para disfrutar, esta con los años encima, con canas y marcas en el rostro, pero con un semblante dulcificado por tantas muestras de amor y ternura. Hay días en que me siento parte del todo, mínima, pero con la certeza de que nadie podría ser yo, porque a nadie se le ha caído la vida como a mí, quizá se les haya venido el mundo encima y se hayan sobrepuesto, pero no como yo, librando mis batallas, las que dan aprendizaje e impulso para seguir, para voltear la página. Hay días, como hoy que dejo de pedir y me dispongo el alma para agradecer y dar; porque me siento llena de bendiciones y las valoro. ¡Qué más da que el mundo no entienda! Hoy me toca a mi ser y disfrutar ser, amar y disfrutar amar, dar y disfrutar dar. Vivir este instante que deja de ser, apenas es y respirar y sentir el latido de Corazón y mirar con ojos de primera vez y escuchar la melodía de la vida y dejarme acariciar por el viento, la lluvia, el sol y el abrazo de quien se me brinda. Hay días en que soy reflejo de luz, remanso de paz y existe el gozo y calla el silencio... atino solo a sonreír hacia el interior para disfrutarme y ser mi cómplice y luego me vuelvo al mundo y me doy... y el mundo me recibe como un evento extraordinario y, a veces no sabe qué hacer conmigo... y puede que me mire con recelo, pero tal vez, en el mundo haya alguien que me entienda y quiera ser parte de mi vida y contagiarse de eso mismo que yo experimento hoy. Hay días en que soy simplemente yo y voy... para ser feliz, eso basta. Te comparto una canción de Álvaro Fraile... Voy; disfrútala.
Nos seguimos leyendo. Que tengas bonita vida... de Corazón.
Hasta aquí me trajo Dios... Justo a este momento de mi vida y con esta carga, que cada día es más ligera, porque me ha permitido entregarle la parte más pesada para que Él haga lo que tenga que hacer con ella, mientras yo me dejo amar y me permito sentir Su paz. Hoy, Corazón hizo un holocausto... Dejé ir muchas, muchas, pero muuuchas cargas... todas esas cosas que me desagradan, que me roban paz, que me ponen triste, que me frenan, que me lastiman, que, en resumen, me impiden disfrutar plenamente de ser yo, de ser hija de Dios. Simbólicamente, escribí todo eso que te digo... tooooodooooo... Lo hice detalladamente, tan sinceramente como cuando te vez al espejo y te analizas ubicas cada imperfección a detalle: poros abiertos, arrugas, ojeras, manchas, etc. Así pasé yo por cada aspecto de mi vida y con puntos y comas me vacié en el papel... Hablé de mi disgusto por mis defectos, de mi tristeza por mis flaquezas, de mis culpas, de mis miedos, de mis rencores, de mis sinsabores... Después de hacer una oración para entregarle todo aquello al Padre, lo quemé... y, vaya que iban cargadas esas hojas de papel (sí, fueron varias hojas), que no se quemaron tan fácilmente; pero luego quedó reducido a cenizas. Por lo menos, el resto del día y ahora, a punto de dormir, me he sentido tan ligera; con paz en el alma y unas ganas de dejarme llevar por el viento del otoño, hacia lo que Dios quiere que yo viva y comparta. Este maravilloso día de otoño,se lleva mis hojas secas;siento que dejé caer eso, muchas hojas secas que ya no servían en mí. Seguramente, algunas regresarán y tratarán de volver a adherirse a Corazón... pero me hallarán distinta, ya retoñando, ya con la tierra removida y abonada por el amor del Padre, dispuesta a florecer y dar sombra a quien necesite descansar junto a mí de sus fatigas, de sus angustias y busque a alguien que escuche y entienda. Hasta aquí me trajo Dios, y estoy sumamente agradecida con Él... Hoy te comparto esta hermosa canción de Abel Pintos, Hasta aquí; espero que la disfrutes.
Nos seguimos leyendo. Que tengas bonita vida... de Corazón
Hay historias de amor que son épicas... que tienen todos los ingredientes para hacerse una película o mínimo una telenovela... Historias de amor cargadas de encuentros y desencuentros, de dramáticas separaciones, de riñas y reconciliaciones con un final de cuento... y luego está la mía... la historia de amor de Corazón y Don Corazón... Conocí a Don Corazón en la universidad, y la primera vez que lo vi, nunca cruzó por mi mente lo crucial que sería en mi existir. Un tipo de 28 años (yo tenía 21), que ya había estudiado una carrera y una maestría y que iniciaba otra carrera por el mero gusto de estudiar... Con aspecto formal, pero a la vez con una personalidad desenfadada. Sonriente, ameno, pero lejos de aquello que yo creía que podría ser mi hombre ideal. Fuimos coincidiendo en las amistades, y en los lugares que ocupábamos en el salón. De a poco se fue ganando mi confianza y mi admiración. Siempre le dije que me caía mal, por ser un tipo tan inteligente, capaz de estar en la charla y a la vez atento a lo que el maestro compartía al frente, de tal suerte que siempre que le preguntaban algo, tenía la respuesta correcta. Por aquel entonces yo estaba en una relación que no daba para más, pero que no tenía el valor de terminar, vivía en una falsa seguridad, hasta que la otra parte tomó la decisión y terminó conmigo. Confieso que me dolió mucho, por como se dieron las cosas, de tal forma que sentí que mi mundo color de rosa se venía abajo -esa historia sí era digna de telenovela-. Justo ahí, fue la primera vez que totalmente derribada, fui y le entregué a Dios mi vida... le pedí luz y guía porque yo sentía que no alcanzaba a ver más horizonte. Pues bien, justo al día siguiente llegó la luz, y esa luz es Don Corazón. Saliendo de clases, charlamos... y, su plática nunca se centró en mí, ni en darme consejos ni consuelo... él me habló de una historia de amor de algún lugar lejano, que no podía ser, pero que eso no quería decir que no hubiera amor... simplemente, que no siempre se puede estar con quien se ama. Yo, en mis adentros pensaba: -¿Y eso qué tiene que ver conmigo?-. A la larga tuvo mucho que ver... A partir de entonces fuimos los mejores amigos, junto con otras dos queridas hermanas: More y Flaka, íbamos y veníamos para todos lados... Estudiábamos, salíamos, compartíamos... Don Corazón y yo eramos inseparables, tanto así que llegaron a preguntarnos si eramos novios. A lo que contestábamos con un no rotundo. Con el paso de los meses yo empecé a sentirme demasiado a gusto con él. Pero claro que no quería que se sintieran raras las cosas, así que no comenté nada con las muchachas. Creo que la única vez que salimos sin ellas, fue una vez que me invitó al cine y entonces, medio confirmé que mis sospechas no eran tan descabelladas. Pero, aún así, guardé silencio, porque pensaba en la gran amistad que teníamos y no quería que nada cambiara. Un día 25 de septiembre teníamos examen y no se presentó. Así que le llamamos a su casa, para ver si estaba bien. Nos dieron la noticia de que su papá acababa de fallecer y que estaban velándolo. Nos apresuramos a ir a acompañarlo. Llegamos a la funeraria y, juro que nunca había visto una velación tan llena de paz. Salió Don Corazón a nuestro encuentro y después de darle el pésame, nos pusimos a platicar con él y con uno de sus hermanos en las afueras de la funeraria... El momento fue tan grato, que por un momento se me olvidó que dentro estaban velando al papá de Don Corazón. Como te comento... había demasiada paz. Un poco después de las 12 de la noche, las muchachas y yo nos dispusimos a irnos. Don Corazón nos encaminó al auto. Ellas se despidieron primero y se fueron al coche. Finalmente yo, le di un abrazo y cuando iba a darle un beso en la mejilla, de pronto se me adelantó y me plantó un beso en los labios. No supe qué decir... creo que sólo sonreí y dije adiós. Di media vuelta y no hacía más que repetirme en la cabeza: "me besó... me besó...", mientras guardaba la sensación con mi mano sobre mi boca... Subí al auto y mientras manejaba les platiqué a las muchachas... que claro se emocionaron, pero a la vez, se preguntaban -como yo- si valía la pena arriesgar la amistad tan entrañable que teníamos por algo que no sabíamos si iba a funcionar... Pues bueno, hoy se cumplen 21 años de ese beso, desde entonces hemos estado juntos, aunque hubo quien dudó que duraríamos. Ese beso bastó para que una historia de amor diferente se escribiera: una de amor real, de ese amor que es cómplice, que está ahí en las buenas y en las no tan buenas, que busca mejorar sin cambiar, que acepta, que cree y confía; que da soporte y conforta; remanso de paz, tierno y apasionado, . Hoy, gracias a Dios, tenemos un hogar, somos papás de cuatro Pollos hermosos y, seguimos disfrutando de estar juntos, de ser los mejores amigos y de ser novios. Don Corazón sigue siendo mi luz y es la mejor parte de la vida de Corazón... y como siempre digo, el mérito es en gran parte suyo, porque vivir conmigo, no es tan fácil que digamos. Pero el amor... lo soporta todo. El amor nunca pasará... (1- Cor 13,7-8) Hoy te comparto una canción que le dedico especialmente a Don Corazón, Solo con un beso, de Ricardo Montaner. Nos seguimos leyendo. Que tengas bonita vida... de Corazón.