lunes, 29 de agosto de 2016

Abrázame muy fuerte... con amor eterno

Todos necesitamos de los abrazos... nacemos con esa necesidad.  Un bebé requiere del abrazo tierno y protector de su madre para tranquilizarse; a través de él, vuelve a sentir el latido del corazón de ella, que ha sido su arrullo por nueve meses.  Es ese abrazo el que lo fortalece emocionalmente.  En ese fundir de cuerpos, donde él siente que sigue siendo uno con ella, se nutre física y espiritualmente; dentro de ese abrazo, no cabe nada más... porque todo lo ocupa un amor inmenso e incondicional...




Los abrazos nos permiten estar tan cerca del otro que puedes percibirlo casi en su totalidad: su calidez, su olor, su estado de ánimo, su confianza, su sentir... Un abrazo es una invitación a pasar a la intimidad del otro, a su espacio vital. No tiene nada que ver con el gesto de medio tocar al otro y palmearlo en un acto de compromiso social... No, yo hablo del abrazo en el que te entregas, el que das con calma y con todo tu ser porque te sientes en plena confianza de soltarte y manifestar amor.



Así, abrazar a tus amados, se convierte en un acto de entrega en el que no debería caber el egoísmo sino la donación.  Cuánto bien hacen los abrazos y cuánto nos privamos de ellos por convencionalismos o por temores.  Abrazar a alguien es una de las cosas que son invaluables por su gratuidad.  Los damos desde el alma y al alma del otro van dirigidos... Es injusto quedarse con abrazos guardados para luego, porque a veces ese luego resulta que no llega y los abrazos que no llegan a su destino se prenden del sentimiento de culpa que es tan pero tan obstinado y resistente.


Por eso, Corazón últimamente anda abrazando a diestra y siniestra... no me quiero quedar con abrazos pendientes... y, sabes... los abrazos de estos últimos meses de mi vida han sido los mejores, los más conscientes, los más sentidos, los más libres y amorosos que he podido entregar y recibir... Y realmente lamento que haya abrazos que no puedo entregar y que tendré que guardar y que quizá me llevaré hasta el fin de mis días, pero esos no están con la culpa, están con el anhelo de algún día poder darlos... y, en todo caso, si no logro hacerlo físicamente, al menos tengo la tranquilidad de abrazar con oraciones a los que están fuera del alcance de mi abrazo... 




Hace varios días, que empecé a escuchar nuevamente Abrázame muy Fuerte, de Juan Gabriel, quien lamentablemente acaba de fallecer y, justo a raíz de escucharla una y otra y otra vez, traía el tema de los abrazos dándome vueltas en la cabeza, por lo sentido de esta canción... Definitivamente en Dios siempre hay propósitos... así que va un abrazo con amor eterno hasta el cielo, para Alberto Aguilera Valadez, el ahora eterno, Juan Gabriel... Gracias por tantas canciones en la memoria de Corazón, especialmente esta que me ha tocado el alma y que hoy comparto dejando correr algunas lágrimas. ¡Hasta siempre, Alberto!










En cuanto puedas, abraza a quien amas... Nos seguimos leyendo.  Que tengas bonita vida... De Corazón.

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