Hoy, "impacientemente" quiero hablarte de la paciencia. Anoche fui con mis Pollitos a comprar una nieve de hielo raspado. Ese es uno de los placeres que como familia nos damos. El lugar generalmente está muy concurrido y, con todo y que están atendiendo cuatro personas, la verdad es que a veces pasamos un buen ratito en la línea mientras llega nuestro turno. Alguien me dijo una vez, las nieves de ahí son muy ricas pero, son muy lentos para atenderte. Deberían sistematizarse, que alguien llene vasos con hielo molido, según la medida, para que otro los vaya bañando con la mermelada y luego le pongan el resto del hielo y que finalmente el encargado de las mermeladas los remate y listo. Pero anoche me puse a observar. Me fijé en que la mayoría de las personas que estábamos ahí, disfrutábamos la espera, tal vez porque estábamos saboreándonos el dulce manjar que tanto nos gusta. Casi todos charlábamos con quien nos acompañaba. No vi gente ansiosa. Quizá porque todos sabemos a lo que nos atenemos si queremos una nieve de ese lugar. Luego observé a la mujer que nos atendió. Una mujer grande, robusta de rostro y hablar amable. Cuánto cuidado puso en cada raspado; mientras ponía el hielo, mientras bañaba con sendas cucharadas de mermelada ese hielo que en sus manos parece derretirse por su cariñoso servicio. Verla ir y venir con cinco de esas faenas fue un agasajo. Me revestí de paciencia mientras pensaba en lo que nos perdemos por ser quejosos... por ir de prisa. ¿Hacia dónde? Cada quien tendrá un lugar o un momento que lo apresura. Somos tan fanáticos de la prisa que hasta queremos que Dios actúe en nuestro favor con paso veloz; pero, no será mejor aprender a no apresurar las cosas. Todo tiene su tiempo. Todo su lugar y momento. No creas que Corazón es un mar de paciencia... esto que te comparto lo voy aprendiendo sobre la marcha. Te invito a que busques dentro de ti y te preguntes por qué quieres correr y perderte de la maravillosa experiencia de la vida si hay tanto por disfrutar. Que tengas bonita tarde.
Nos seguimos leyendo... Que tengas bonita vida... de Corazón
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